Grandes Viajeros

Marc Serena: “Viajar no es garantía de nada”

miércoles, 20 abril 2016 2701 Views 0 Comments

Cuando el mero hecho de viajar no te satisface, hay que buscar otras formas de seguir alimentando el bichito, algo que sea para siempre y que sea el fruto de todo el esfuerzo que requiere moverse de lugar en lugar en busca de algo más que solo placer turístico. Eso es lo que hizo Marc Serena, periodista, viajero y autor de ‘La vuelta de los 25’, un libro que cuenta realidades de todo el mundo y que no hay duda que te hace pensar.

“Sí que es verdad que este libro pues aún me persigue”, dice con humor Marc. Entiende que para muchos es todavía un descubrimiento, pero para él ya ha pasado un tiempo, se va olvidando de algunas cosas y se siente más distante, además de que tiene nuevos proyectos en mente. Sin embargo, no tiene problemas de volver a él cada vez que se lo piden. De hecho, hace poco se reunió con lectoras de China que estaban de visita en Barcelona para comentar el libro.

La historia de “La vuelta de los 25” nace cuando Marc tenía todas las ganas de viajar pero consideraba que viajar, por el mero hecho de viajar, no era suficiente. Por eso, al cumplir los 25 años, decidió dar la vuelta al mundo con el objetivo de convivir durante un año con 25 jóvenes de su edad de 25 países. Tenía la intención de relatar una visión joven del mundo sin importar de dónde eran. “También para decirle a mi madre que no me iba a tomar un año sabático, sino que en verdad iba a hacer algo de provecho”, cuenta simpáticamente el periodista.

A pesar de que tenía claro el proyecto, no sabía a qué países iría o a quién iba a conocer en el camino. “Tampoco quería decidir cosas en base a los prejuicios (…), lo que yo quería era dar la oportunidad de ir trazando el recorrido según iba el viaje y también, una vez en el país ver no solo guías de viaje sino también leer periódicos, escuchar la radio, hablar con gente y en cada país decidir el recorrido”, aclara Marc sobre la composición de la ruta.

“Yo creo que el libro por encima de todo, quiere mostrar, especialmente a la gente joven que lo lee, que hay muchas maneras de vivir, que hay muchas maneras de hacer el camino y que cada uno tiene que encontrar la suya (…) No hay ninguna superior a la otra. No es nada así”, explica este viajero sobre lo que te puedes encontrar en “La vuelta de los 25”.

 

Un país una preparación distinta

Para cada país fue diferente. En Corea del Sur, por ejemplo, el capítulo es con una cantante muy famosa que conoció por medio de otro periodista. Luego, hubo casos al azar, como el de un pescador en Filipinas. “Una vez ahí, me di cuenta de que la pesca tienen un papel muy importante y terminé en un pueblo con un pescador, que no tenía teléfono, ni internet, ni nada. Me acerque al pueblo, hablé un poco con el responsable del pueblo, le conté mi idea, nos presentó y nada, estuvimos ahí pescando y pasando los días”, cuenta Marc. “En Chile, por ejemplo, la historia es de una chica que estaba en prisión. Se dio también por la posibilidad de poder entrar a prisión y hablar con ella, eso en China sería imposible”, agrega.

“Es un libro del que ahora no cambiaría ni una coma. Es decir, no lo actualizaría, es un retrato del mundo a través de su gente joven. Es un retrato muy fresco y que yo me veo más inocente y estaba descubriendo muchas cosas. De hecho, hay viajes que son irrepetibles y éste es uno de ellos”.

 

Portada 'La vuelta de los 25'

Portada ‘La vuelta de los 25’.

 

Selección de historias

“En los viajes que hay cosas que en el momento generan un shock tremendo y después, pasan unos días, y nos hemos olvidado. Y otras cosas que en aquel momento no fueron importantes, o cogimos un papel y no lo leímos, y al cabo de un tiempo lo leemos y nos impacta mucho. Yo creo que el libro es esa oportunidad de dejar pasar el río y fijarse en qué cosas han quedado ahí, las cosas que realmente después me han dejado huella”, indica.

De hecho, así es como la historia del pescador llega al libro. “La verdad es que es un chico que habló poco, estuvimos ahí varios días y el tío hablaba muy poco. Y recuerdo que me fui pensando que me lo había pasado muy bien pero que esto no lo podría incluir en el libro y que no podría ni escribir porque no había como nada grabado. Y al final fue como de las personas de las que más he aprendido y su capítulo también es uno de los que la gente más disfruta”, dice el viajero.

Por eso mismo dejó que el libro se fuera escribiendo de a poco y a medida que iba conociendo a las personas adecuadas. “Estamos en un momento en el que se miden los viajes por los kilómetros y por las fotos que uno hace, pero también es bonito hacerlo en base a las personas que conocemos”, confiesa Marc, que ha visto cómo la ciudad donde vive, Barcelona, se llena de gente extranjera que pasa por ahí, que va a los típicos lugares turísticos donde se ve con otros turistas pero que realmente no descubren nada. Entiende la prisa en la que vivimos hoy, prisa que nos permite visitar un lugar en 15 días, pero defiende la idea de que “es interesante dejar que te pasen cosas. Al final, lo mejor que te pasa es lo que tú no podrías prever o lo que al final te pasa porque estabas ahí no porque quisieras. Es importante a veces, dejar que sí, que nos pasen cosas”, agrega intentando aclarar lo importante que es ser flexible y dejar sorprenderse.

 

Marc Serena con el libro en su versión China

Marc Serena con el libro en su versión China.

 


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Reacción de sus protagonistas

“La chica de Zimbabwe estuvo en la presentación en Barcelona. El chico de Argentina ha participado en alguna entrevista conmigo. La chica de China ha podido leer su historia en su lengua, lo mismo la chica de Corea”, cuenta Marc y sonríe al recordar que con ésta última hubo un error en la traducción de una de sus canciones.

El escritor asegura que sigue en contacto con muchos de ellos, algunos por Facebook que es más fácil pero con otros como el de la selva de Perú es más difícil, por motivos claros. “Yo tengo muy presente aquel encuentro porque lo escribí, lo viví, lo recuerdo, yo no sé si ellos lo tienen tan presente como yo”, confiesa.

Pero luego explica que para muchos de los que aparecen en el libro, Marc fue el primer extranjero con el que tenían contacto. Entiende que debió ser para ellos un impacto, no solo por el producto final (que les fue enviado a todos), sino porque con muchos de ellos las conversaciones terminaron en llanto, fueron momentos muy emocionantes y con todos hubo mucha química, por una cosa de edad y porque las conversaciones eran de tú a tú.

“Me gustaría cuando tenga 50 años repetir este viaje. Conocer otra vez a estas personas y repasar un poco lo que dijimos cuando teníamos 25 años. Ver qué ha pasado en nuestras vidas, qué ha pasado en el mundo y qué ha pasado en sus países durante este tiempo”, cuenta esperanzado.

 

“No bajar del avión”

Marc reflexiona sobre el rol del viajero al momento de ir a un nuevo destino. “Deberíamos en verdad, viajar escuchando”. “Hay una expresión que por aquí decimos que es ‘no bajar del avión’, mucha gente viaja pero no se baja nunca del avión, y está 15 días en un país sin bajar del avión y eso no debería ser”, recalca el viajero. Añade: “Es como si no se movieran del sitio. He visto a jóvenes recién terminando los estudios o al terminar el ejército que están jugando solitario en su hostal ahí solos con el ordenador, están viajando porque tenían que hacerlo porque tenían el dinero, tenían la suerte, pero en verdad no es que lo quieren hacer”, dice Marc.

A esto mismo agrega que “hay gente que leyendo conoce más del mundo que muchas otras personas que se lo pasan viajando, leyendo uno puede viajar con gran poder, con gran fuerza”, asegura. “El mejor medio de transporte para viajar es un libro, te puede llevar aún más lejos que un avión”. Por eso Marc cree que uno tiene que ver su carácter que es lo que le encaja, que es lo que te gusta o no antes de decidir qué hacer.

“Viajar no es garantía de nada, la verdad, porque hay gente que igual es racista y viaja y lo sigue siendo. Es decir, el viaje no cura ninguna cosas de estas. Pero sí que es verdad que el viaje te sirve para comprobar que esas distancias, geográficas o políticas, no son realidad”, recalca el periodista. “Esto era muy gracioso, porque cuando uno va viajando por Sudamérica, cuando le hablan del siguiente país siempre te dicen cosas como ‘cuidado con esto, justamente ahí nuestro país…’ y después vas al otro y te dicen lo mismo. Existe esta desconfianza, este prejuicio del otro país y eso es muy triste”, agrega.  

“El libro va también un poco en esa línea de que nos conozcamos, porque al final, el racismo, la xenofobia, todo esto, va por desconocer a la otra persona y tener miedo. La idea del libro es que nos conozcamos, que se difuminen estos miedos que son los que muchas veces toman decisiones, a nivel político y mundial, terribles en base a estos miedos”, aclara Marc.

 

“Esto no es Africano”

Es el último libro de Marc. Un libro que él considera más maduro, más crítico con la realidad africana. Este nuevo libro nace a partir de “La vuelta de los 25” donde se da cuenta que existen muchas injusticias, quizás muchas de ellas era consciente pero al escribir el primer libro se las topó cara a cara, como fue el caso del chico homosexual de India donde es ilegal tener una relación con alguien de tu mismo sexo. “En un país como India, donde la gente te dice aquí todo es posible, es un país de colores, en un país tan alegre, en un país donde está Bollywood con todo un cuento de fantasías, donde todo es posible y donde incluso los hombres van cogidos de la mano por la calle, en realidad existe una represión muy dura a los homosexuales”, cuenta Marc sobre cómo decide profundizar este tema en su segundo libro. “¿Por tu forma de amar, por bonito que es amar, uno puede sufrir tanto?”, piensa.

Comenzó una investigación intensa para saber cómo era esta realidad en el mundo. Descubrió que de los 200 países del mundo, existen aún 70 donde existen penas de prisión y penas de muerte por ser homosexual. La mayoría de éstos en el continente africano. “Me generaba muchas preguntas que no sabía cómo responder y así fue como cruce África de norte a sur con esa idea, con la idea de ver a personas que son perseguidas en base a su sexualidad, y al final habla de política, de religión, de colonialismo, de la música, de la familia, de las escuelas, de los chinos, al final habla de muchas cosas”, aclara el periodista.

Marc sigue sin entender cómo una persona puede ser perseguida en base a una cosa tan pura como es el amor. “Al final, cómo alguien te puede poner en prisión en base a algo que en muchos casos no lo dices, tu orientación sexual, es algo privado que no se sabe, que no se puede demostrar”, piensa. “Me parece una de las injusticias que existen en el mundo más alarmantes y estúpidas” afirma el viajero.

 

Portada del libro 'Esto no es africano'

Portada del libro ‘Esto no es africano’

 

“Lo que pasa es que en África lo que hay son unas leyes que legitiman esta violencia y que son de la época colonial. Son unas leyes que legitiman que la misma policía, los mismos jueces, el mismo Presidente pueda decir o pueda hacer según qué cosa”, dice Marc. Agrega que las religiones tradicionales africanas han ido desapareciendo en favor de otras religiones, por ejemplo el Islam en el norte de África donde era muy tolerante ahora ha sido reemplazado por un Islam cada vez más represivo. Además, dice que la extrema derecha de Estados Unidos también ha podido expandir sus mensajes de odio. “No solo religiosas, no sólo político, también es una cuestión de clase. En Marruecos, por ejemplo, ponen en prisión por ser gay o ser lesbiana. Este es una país en donde si eres rico en verdad, no te pasa nada. Es decir, si tu eres rico y puedes pagar algo a la policía, pagar algo al juez, y moverte en un entorno de gente bien conectada en verdad esta represión no te afecta, que haya pena de muerte en tu país tu puedes hacer tus fiestas y tus cosas y nadie te va a venir a buscar. Entonces, lo que es alarmante en África y que afecta a muchas personas es por una cosa de clase también, no solo que seas gay. Además, las personas que están en prisión también están ahí porque son pobres” afirma preocupado.

“No todo el libro de África son víctimas o gente que lo pasa mal, al final también hay muchas historias de las que tenemos que aprender muchas cosas, y de hecho, en verdad, es un libro con personas muy valientes y es muy interesante conocer a personas valientes, porque le dan uno fuerza para superar dificultades”, asegura el periodista. 

“Lo único que estoy haciendo es mi trabajo. El trabajo de un periodista al final es contar cosas que alguien no quiere que se sepa. Entonces, esta primicia es como muy genérica, y después también, el otro día leí que los mejores libros, las mejores películas, y seguramente los mejores viajes, son los que nos hacen dudar, no los que confirman nuestros prejuicios y nuestras ideas previas, si no las que nos generan muchas preguntas. Y entonces, estos libros en ese sentido se parecen mucho porque son dos libros que nos hacen dudar del mundo que conocíamos, de lo que nos imaginamos del mundo, de lo que nos imaginamos de muchos países”, termina confirmando Marc. 

Parece entonces que viajar con un objetivo, con una meta en mente tiene mucho más sentido que recorrer el mundo sacándose fotos sin sentido. Hay que buscar la forma de que en cada uno de tus viajes, aprendas algo concreto, aprendas de lo que viste, de lo que oyes, de lo escuchaste y de todo lo que te rodea. Haz de tus viajes, un viaje con sentido.

Preguntas rápidas:

  • Lugar favorito: Cabo Verde
  • Mejor recuerdo: el volver a casa
  • Lo que siempre traigo de los viajes: unos tapones para poder dormir en la noche
  • Algún objeto de viaje con el que no puedes viajar: iphone, ipad, teléfonos y cosas caras. La mejor maleta es la que se pierde y no pasa nada.
  • Algún objeto favorito de viaje: una guía de viaje, un poco antiguo, pero una guía de papel de viaje.
  • Peor experiencia: En este libro de África, cuento como quería visitar una prisión en Camerún y casi la veo por dentro. ¡Casi me quedo dentro! Cometí un error en sacar una fotografía donde no debía, en un momento que no tocaba y bueno… con una persona que le tenían muchas ganas una abogada de los derechos humanos y al final casi tengo problemas muy serios.
  • Define Viajar: observar
  • Nuevos sueños: descubrir con ojos de viajero lo mas cercano. Conocer mi propio país con esta mirada… que es lo mas difícil, poner esta mirada de viaje, de descubrimiento a algo mas cercano.
  • Mejor plato de comida: Arroz con tomate.
  • Noche perfecta: Que no sea en un hotel de estos de franquicia que son iguales en todo el mundo, porque eso me deprime mucho. Son todos iguales en todas partes.

Daniela Ruiz

Periodista que descubrió su pasión por viajar a los 14 años cuando hizo su primer viaje sola. Desde ahí que no se queda quieta y cada cierto tiempo sale a descubrir nuevos lugares. No puede salir de viaje sin su frazada tie dye de polar, ni su collar de mundo con un ángel. Uno de sus mayores pasatiempos es hacer brownies y escalar. Sueña con algún día conocer la tierra de sus ancestros Croacia y el continente de hielo, Antártica.

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