Para muchos viajar significa salir de la ciudad donde viven y, ojalá, desconectar por un tiempo lo más lejos posible de ella. Pero, ¿qué sucede con nuestras propias ciudades? Parece que estamos tan acostumbrados a ellas que dejamos de apreciar su belleza, casi volviéndonos ciegos o inmunes a los paisajes hermosos que nos pueden ofrecer. ¿Qué pasaría si por un día decidieras convertirte en turista en tu propia ciudad? Además de quitarte la angustia por no viajar, podrás redescubrir un lugar que pensabas que conocías muy bien; a fin de cuentas, de eso se tratan los viajes, no solo de conocer nuevos paisajes y culturas, sino también de refrescar un poco la visión.
Por eso, si te gusta vivir como local en las ciudad que visitas, te proponemos intentar vivir como turista en la ciudad en que vives. Aquí te presentamos algunas ideas de cómo hacerlo realidad. Sácale todo el jugo a tu propio territorio y enamórate nuevamente de tu ciudad.
Muchas veces creemos conocer nuestras ciudades como la palma de nuestras manos, pero realmente, ¿qué tan bien conocemos nuestras manos? Por eso, sal a descubrir tu ciudad de otra forma. Por ejemplo, camina sin prisa y tómate el tiempo necesario para observar y descubrir cada detalle de los lugares por lo que has caminado mil veces, ve por caminos que antes no conocías, anda al trabajo o universidad por otras calles, observa con atención los edificios antiguos y nuevos, las plazas y parques. Caminar te sirve para ver con calma lo que no ves en tu cotidianidad.
Es sabido que un turista o viajero sin cámara no está realmente en modo viaje. Por eso debes llevar tu cámara contigo mientras re-descubres tu ciudad; es el acompañante perfecto y quizá el único que necesitas. ¿De qué otra forma puedes guardar las imágenes para siempre? Sacar fotos es una forma de quedarte con un trozo de la ciudad y volver a ella cuando quieras recordar o fijarte en algún detalle.
No utilizaras el pasaporte ni saldrás del país, pero ten seguro que conseguirás conocer mucho mejor cada rincón de las calles que transitas todos los días y lo mejor es que lo harás sin gastar dinero.
Consigue un mapa turístico de la ciudad y traza el camino desde tu casa a los lugares que te parezcan interesantes. No te olvides de agregar los lugares que a veces no aparecen en los mapas turísticos pero que tú bien sabes que existen, ya sea porque alguien te contó, lo leíste en algún blog o lo descubriste en Ruta-B. Tu otra opción es tomar un city-tour y descubrir los sitios que los turistas se mueren por ver al llegar a tu territorio.
Es cierto que con tus amigos y familiares conversas todos los días. Pero ahora, conversa con la gente de tu barrio, con tus profesores, colegas, con tus vecinos o los vecinos de tus amigos y pregúntales a dónde salen ellos los fines de semana. Seguro son lugares que nunca habías escuchado. Disfrútalos y no te olvides de compartirlos.
La mayoría de los paseos para conocer las ciudad son de día, pero si te das la posibilidad de recorrer la ciudad en horas nocturnas ampliarás mucho tu perspectiva. Durante la noche, el ritmo y ambiente de la ciudad cambia: locales abiertos que hasta ahora nunca viste, nuevos detalles en plazas y edificios históricos que en el día se esconden. Es sólo cuestión de estar atento a lo que la ciudad nos ofrece a toda hora.
Siempre hay algo pasando en la ciudad, en la tuya también, por eso revisa los sitios de internet de tu ciudad o de tu barrio en busca de nuevas aventuras. En Ruta-B publicamos todas las semanas los mejores panoramas gratuitos para el fin de semana en Santiago así que te recomendamos que estés muy atento a nuestro blog, a la fanpage de Facebook, a Twitter, o Instagram.
Si realmente quieres sentirte como turista en tu propia ciudad, trata de salir de tu casa y prueba otras alternativas. Puede ser un hostal, hotel, Couchsurfing o Airbnb.
Pasea al amigo que viene de afuera o a la tía que llegó de visita. Investiga la historia de tu ciudad, memoriza algunas fechas, conoce un poco sobre los estilos arquitectónicos, prepara un itinerario y suéltate con algún monólogo. Tu amigo o tu tía, incluso tu cuñado, quedarán profundamente agradecidos y de paso, aprendiste más de tu ciudad.
Cuando uno viaja tiene la costumbre de anotar todo aquello que le llama la atención, las direcciones de lugares que visitó… en definitiva, nombres o cosas que quiere recordar. Al anotarlo todo, puedes volver a ellas y buscar más información en libros o internet. Aprende nuevamente de tu ciudad y seguro que descubrirás lugares que antes no conocías.
Seguro que has escuchado de esto, pero ¿lo has probado? Hay muchas opciones: ayudar en protectoras de animales, asociaciones de enfermos, niños, discapacitados, mayores, etc. Todas estas son opciones para conocer más de cerca las distintas realidades de tu ciudad.