“Creo que es muy saludable pasar tiempo a solas. Necesitas saber cómo estar
solo, en vez de ser definido por otra persona” – Oscar Wilde
Nuestras vidas están rodeadas de personas y tenemos que aprender a vivir con ellas durante toda nuestra existencia pues con ellas socializamos, compartimos, trabajamos, y nos divertimos. Pero, ¿cómo podemos hacer todo esto si no sabemos estar con nosotros mismos?
Seguro que muchas veces has escuchado a personas de tu entorno decir: “¿Vas a ir a comer solo? ¿No te da vergüenza?”, “¿Cómo se te ocurre ir a bailar sin mis amigos?” “Me dan pena las personas que veo solas, ¿¡cómo no van a tener a nadie con quien salir!?” “¿Qué haces cuando estás solo? ¿No te aburres?”. Pero,si realmente supieran cómo valorar esos momentos de soledad, sus vidas cambiarían.
Por eso creemos que una excelente forma de aprender a estar solo, de conocerte mejor y dejar tu zona de confort, es emprender un viaje sin compañía. Sabemos que puede sonar una idea descabellada pero aquí te contamos los beneficios que un viaje como este puede traer a tu vida.
La belleza de viajar solo es el tiempo dedicado a estar contigo mismo, algo que muchas veces olvidamos en nuestro diario vivir. Tiempo para estar solo, para reflexionar, para ponerte a prueba en diferentes situaciones. Quizá al comienzo te sientes incómodo, inseguro e incluso con miedo, pero luego, entiendes y valoras esos sentimientos, los superas y te das cuenta de que son parte del proceso que debes vivir para crecer.
Cuando viajas solo las decisiones depende sólo de ti, por lo tanto descubres nuevas facetas de ti mismo y tus verdaderos gustos. Por ejemplo: que te encanta sentarte en los parques a observar las aves, estar en un café por horas viendo cómo se comporta la gente o que puedes pasar días sin lavarte el pelo. Sin embargo, lo más importante que aprendes es el apreciar el tiempo contigo mismo.
Cuando viajamos en compañía, ya sea con una persona o en un grupo, tendemos a mantenernos juntos todo el tiempo. A pesar de que interactuamos con otras personas, la dinámica ciertamente no es tan profunda. Cuando estás viajando solo, estás mucho más abierto a conversar con personas locales, conocer otros viajeros, unirte a ellos y en general, más dispuesto a compartir con extraños. Un viajero solitario, es infinitamente más accesible que un grupo, y lo mismo pasa al revés, estás mucho más dispuesto a empezar una conversación y dejar la timidez de lado.
Es tan simple como eso. Cuando viajas solo definitivamente eres más flexible con tu tiempo y las actividades que quieres realizar. Puede que una noche quieres salir a bailar, la otra quedarse en la hostal leyendo un libro o comiendo comida callejera, despertarte temprano para ir a ver el amanecer… todas esas opciones están a tu alcance porque tú estás a cargo de tu viaje y cada detalle de él. No tienes que responderle a nadie ni considerar las opiniones o sentimientos de otras personas. Puedes improvisar y ser espontáneo. Seguirás a tu corazón y harás lo que realmente te hace feliz.
Es cierto que depende de tu forma de ser, pero al viajar con amigos uno tiende a gastar más dinero en restaurantes y pubs. Cuando viajas solo, te limitas a comidas más económicas y evidentemente el alojamiento es más barato también. Por ejemplo, couchsurfing, es mucho más fácil cuando estás solo.
Cuando viajas solo te enfrentas a problemas, a decisiones e incluso a algunos riesgos. Todas estas situaciones, sin duda, te harán más fuerte, más valiente y mucho más seguro de ti mismo.
El día que te das cuenta de que estás en Uganda solo y que te las estás arreglando muy bien, será un día que jamás olvidarás. Es un sentimiento increíble el saber que lo que has hecho hasta ese momento lo has hecho sin la ayuda de nadie. Los problemas, los miedos, las incertidumbres que se te presentaron, quedaron atrás y superados. Quizá te das cuenta después de tomar el bus en Tiananmen Square (China) sin problemas. O al pedir un café en un bistró francés. O cuando regateas en los mercados de Marruecos. Al superar un obstáculo, el siguiente lo logras con más confianza. Ahora, si la semilla de la inseguridad empieza a aparecer en tu cabeza, recuerda que si llegaste hasta ahí es porque podías.
No nos engañemos. ¿Quién no ha soñado con esto? ¡Vamos! Viajar, la mayoría de las veces, viene con un romance. Cuando estamos viajando solos, las oportunidades son infinitas. Es una posibilidad real cuando te dejas llevar. Quizá conoces a alguien muy simpático y deciden permanecer un par de días juntos recorriendo. Esto lo puedes hacer porque no tienes a tu amigo cortándote las alas y recordándote que deben tomar el siguiente tren. Atento, nadie te obliga. Pero, por lo menos si realmente lo deseas, no hay nadie que te impida seguir tus instintos. ¿Quién sabe? La aventura es un libro abierto.
De hecho, cuando viajas solo nunca te sentirás solo. Apenas llegues a cualquier hostal o hotel te encontrarás a personas como tú. Todos viajan con la misma idea en mente, todos extrañan sus casas de vez en cuando y todos quieren experimentar nuevas cosas. Es increíble las cosas que puedes tener en común con gente que jamás habías visto antes. Los conoces, se hacen amigos y mantienen el contacto. Incluso se puede volver a ver en alguna parte del mundo y reír de aquellos incómodos momentos cuando se conocieron. Tendrás tiempo a solas pero nunca estarás completamente solo.
Si usas el sentido común, estarás bien. Obviamente, depende de dónde vayas, pero siempre y cuando tomes las precauciones mínimas, todo estará bien. No hagas nada tonto y siempre vigila tus cosas. (Algunos consejos de cómo mantenerse a salvo cuando viajas solo aquí).
La mayoría de las personas no puede imaginar viajar de esta forma. ¿Por qué? Hay muchas razones pero las principales son el miedo y la inseguridad de sentirse solo. Sin embargo, cada vez se hace más popular, ya que además de ser divertido, es una experiencia única. Te entrega oportunidades para experimentar el mundo, conocer gente local con sus costumbres y tradiciones. Dejas de ser ignorante y empiezas a apreciar cosas que antes no notabas. Abres tu corazón y te conviertes en un mejor oyente.